FILLOAS HECHAS CON CALDO

By Lena - febrero 22, 2018


¡¡Buenos días Serrin@s!! 
La semana pasada aprendíamos que las filloas son un producto bastante extendido por el mundo, aunque con pequeñas variaciones según el país en el que se elaboran. Pero, ¿qué herramientas se utilizan para elaborarlas?
En Galicia son tradicionales diferentes utensilios para hacer las filloas:
-Filloa á pedra, éstas se elaboran sobre una piedra plana y caliente que se coloca sobre el fuego. Su uso tradicional estába extendido por casi toda Galicia, aunque a día de hoy sea muy escaso.
-Filloas hechas en filloeiras, éstas son planchas de hierro fundido que suelen tener varios círculos para hacer varias filloas a la vez. Las filloeiras se utilizan mayormente en ferias y fiestas familiares.
-La sartén o tixola, quizás sea la forma más común de hacerlas y la más extendida ¿Quién no tiene una sartén en casa? 
Lo que tienen en común estos métodos de elaboración: entre filloa y filloa se pasa el tocino por la superficie donde echaremos la masa para evitar que las filloas se peguen. 

Ahora vamos con nuestra receta de hoy: Filloas hechas con caldo.

Ingredientes:
1/2 litro de caldo
3 huevos de Granjas Campomayor o Pazo de Vilane
250 gr de harina de trigo aprox 
1 trozo de tocino

Preparación:

El primer paso es hacer un buen caldo con los mejores productos de la tierra (lacón, unto, ternera, habas blancas, grelos, etc) . Reservamos medio litro y dejamos que enfrié para retirar la grasa que cuaja por encima.

Ahora echamos en el caldo los huevos,y la harina tamizáda (Los grumos no tienen hueco en esta receta) y lo mezclamos todo muy bien.

El resultado será una mezcla ni muy liquida, ni muy espesa. Dejamos reposar la mezcla sobre 30 minutos y removemos, si es necesario corregimos la masa añadiendo harina o caldo según convenga.

Ponemos a calentar una sartén antiadherente en el fuego, cuando esté caliente untamos la superficie de la sarten con el tocino pinchado en un tenedor.

Ahora con un cazo, echamos una cuchara de mezcla  y vamos moviendo la sartén hasta que la masa cubra toda la superficie. Debe quedarnos una capa fina.
Cuando esté cuajada y cocida por ese lado le damos la vuelta (tradicionalmente la vuelta se le da con la mano, siempre teniendo mucha precaución para no quemarnos) para cocerla por el otro lado.

Cuando estén listas las retiramos a un plato y las vamos apilando  para mantenerlas calientes. Quedan unas filloas ligeras  ya que no llevan grasas ni azúcares, pero están llenas del sabor que les proporcionan el caldo y los huevos.

Ahora podéis acompañarlas con lo que queráis, antiguamente se utilizaban como acompañamiento al caldo (Nosotros las recomendamos así), pero también podéis rellenarlas de membrillo, mermelada, miel o simplemente azúcar y estarán deliciosas.

Atreveos con ellas!! No os vais a arrepentir, su sabor es inigualable.  

Bueno Serrin@s, esperamos que estáis preparados para la semana que viene, el tercer y último capitulo en nuestra trilogía que estará dedicado a las filloas de sangre. 

Hasta la semana que viene!! 


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